Profundizando Nuestra Comprensión Acerca de las Cabezas Clavas de Chavín de Huántar – Una Entrevista con Andrea González-Ramírez
Por Carlo Brescia
Febrero 2016
> Vistas frontal, lateral e inferior de la cabeza MACHML00014, ubicación al 2009: Museo Nacional Chavín, Tipo de roca: Toba volcánica, longitud 63,6 cm / ancho 36 / alto 39,42 / peso aprox. 112,84 kg. Fuente: AGR.
Andrea González Ramírez (Santiago 1980) es Licenciada en Antropología con mención en Arqueología por la Universidad de Chile (2003), Máster en Arqueología Prehistórica por la Universitat Autònoma de Barcelona (2008) y Doctora en Arqueología por la Universitat Autònoma de Barcelona (2014). Actualmente es investigadora postdoctoral FONDECYT en el Departamento de Antropología de la Universidad de Chile.
> La Dr. Andrea González-Ramírez realizando la talla directa con técnica arcaica de escultura en piedra, pero con herramientas de metal duro. (Nota de AGR: No es arqueología experimental, sólo la exploración de las etapas lógicas de la talla multifacial que es la empleada en la escultura de bulto en Chavín.) Fuente: AGR.
CARLO BRESCIA: Andrea, en primer lugar, agradecerte por tu extenso trabajo sobre esta cultura que demuestra pasión, esfuerzo y rigurosidad. Ahora, para comenzar, ¿Cómo surgió tu interés por la arqueología? ¿Sientes que es esa tu única vocación fuera de tu ámbito familiar?
ANDREA GONZÁLEZ-RAMÍREZ: Gracias por el reconocimiento. Mi interés por la arqueología surge desde una preocupación política en el marco de mis estudios de licenciatura en antropología en la Universidad de Chile. Inicialmente, me interesaban las resistencias indígenas y de culturas subalternas urbanas a la represión del Estado-Nación chileno. Al ir profundizando algunos conocimientos, me di cuenta que el estudio de la materialidad social, lo que la arqueología americana llama “cultura material”, ofrecía un potencial de realidad que ningún discurso, hablado o escrito, podía superar para el entendimiento de las tensiones sociales. En otras palabras, los materiales arqueológicos no mienten. Están cargados de intenciones y orientaciones, pero su existencia sólo es una potencia si es que un trabajo humano no ha acontecido. La posibilidad del estudio del trabajo, su organización y las relaciones sociales que se cimientan a partir de él, me pareció un lugar sumamente interesante para la investigación social. De ahí que mi interés por la arqueología no sea cultural, ni estético, sino como un campo de las ciencias sociales que no tienen otra razón de ser, al menos desde mi punto de vista, que estudiar la realidad social para su transformación; y, en ese sentido, el estudio del pasado ofrece muchas posibilidades para desnaturalizar el presente, participando de las agendas políticas disidentes de nuestra propia organización social.
Respecto a lo vocacional, la arqueología atraviesa casi toda mi práctica cotidiana. No la considero sólo una profesión, sino una herramienta de transformación social. Intenté, en ese sentido, hacer confluir mis antiguos intereses en arte con el estudio de la representación como mecanismo de reproducción o transformación social.
CB: ¿Por qué escogiste a la cultura Chavín como objeto de estudio? ¿Qué es lo que te gusta de este lugar?
AGR: Mi interés por Chavín surge muy tempranamente. En la formación profesional de la arqueología chilena, así como en otros países sudamericanos, se espera que uno investigue temas de la prehistoria nacional. Las miradas latinoamericanistas quedan fuera, a pesar que las estudiamos intensamente. Mis intereses políticos en el pregrado tenían un fuerte componente latinoamericanista y cuando tuve la oportunidad de conocer el desarrollo de la prehistoria de los Andes Centrales y, particularmente, de Chavín de Huántar con una gran profesora, Victoria Castro, quedé prendada del problema teórico del surgimiento del Estado en los Andes. El tratamiento ofrecido desde la Arqueología Social por L.G. Lumbreras junto a un interés seminal en el feminismo, fueron el puntapié inicial para trabajar una primera investigación muy tímida y básica de la represión de la sexualidad femenina como un factor social incidente en la vida política a través de la representación iconográfica de vaginas dentadas en la litoescultura del sitio homónimo y en los textiles Paracas. Eso fue en tercer año de la carrera. De ahí no me fui más de Chavín…
> Puente de Piedra en Chavín fotografíado por Enock (1907).
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